29 de set. 2009
'Dejarse llevar suena demasiado bien…'
Se palpa en el aire. La velada del 24 de octubre en la Sala Razzmatazz es ineludible y será inolvidable. El disco de Vetusta Morla que está en boca de todos, Un día en el mundo, es de 2008, y la maqueta originaria, de 2005. 'Acaban de llegar', pero parece que estos madrileños han venido para quedarse. Por el momento, ya han demostrado que tienen algo que los hace especiales. Gozan del mismo duende que ilumina a aquellas personas que a las pocas horas de conocerlas ya las sientes muy cercanas. La poesía surrealista y al mismo tiempo simple de sus letras. Su sonido pop-rock posmoderno (no tengo ni idea de lo que estoy diciendo, pero lo intento). Y sobre todo, su voz, la voz de Pucho, el cantante, un lamento tan tierno y desgarrador que te repele o te atrapa. La combinación de esos tres elementos y el penetrante boca oreja de recomendaciones los ha colocado donde están. De ahí lo de ‘cita ineludible’, y también lo que me lleva a pensar que su directo, en Barcelona, será ‘inolvidable’. Puede que me equivoque, pero algo me dice que no será así.
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